Del amor por los animales al éxito comercial

Inició rescatado perros de la calle, los salvaba vendiendo galletas y hoy cuenta con una pastelería para mascotas.

Gina Vanessa Manchego Odar, de 25 años, ostenta una ocupación llamativa, quizá envidiable, de un valor especial y satisfactorio. Nuestro mercado está copado de pastelerías, pero cuántas de ellas están dedicadas íntegramente a las mascotas.

¿Pastelería de mascotas? Sí. Los engreídos de cuatro patas o también llamados nuestros “hermanos menores” merecen ser agasajados como se debe y existe un lugar en Lima donde lo hacen con dedicación y esmero: la pastelería ‘ Las Delicias de Zacky’.

Gina Manchego es la fundadora y dueña de esta iniciativa mascotera que nació de una manera realmente conmovedora y digna de elogio. Gina siente un gran amor por los animales desde niña, pero fue a los 16 años cuando decidió que sería la salvadora de varios perritos que estaban en situación de abandono. Su generosidad no le permitía dejar a estos indefensos animalitos a su suerte por lo que inició una cruzada que cambió su vida para siempre.

“Llegué a tener 60 casos en los que pude ayudar, pero en casa solo me permitieron tener máximo a 8 perritos, todos con diferentes problemas”, nos cuenta Gina.

¿Qué tipos de problemas? Los usuales en perritos que por desgracia no encontraron un dueño o tuvieron uno que no supo valorar el amor y calor que un perro puede ofrecer. Gina hallaba a estos animalitos con desnutrición severa, sarna, parásitos, etc.

Afrontar este tipo de situaciones no es fácil, más cuando no se cuenta con los recursos económicos necesarios. Pero el querer es poder y Gina Manchego quiso y pudo ingeniárselas para costear el tratamiento de los animales abandonados que fue rescatando.

“Empecé a vender galletas y bocaditos para perritos, bañar a las mascotas de mis vecinos y vender postres en mi universidad”, relata nuestra joven heroína, quien al ver que su iniciativa iba tomando forma decidió dar el siguiente paso.

“Más adelante, empecé con tortas para mascotas y poco a poco (la empresa) fue creciendo, hasta ahora”.  

Si bien Gina no ha estudiado veterinaria y no era experta en alimentación para mascotas, ella decidió que tenía que nutrirse del tema investigando en internet y preguntando a amigos veterinarios de su vecindario, en el distrito de Pueblo Libre.

“Un día, una vecina me preguntó si podía hacerle una torta para su perrito, y empecé a averiguar más sobre ese tema, hasta que creé mis propias recetas, siempre guiándome de varios veterinarios quienes aprobaron mis recetas”, señala.

Responsabilidad. Esa es la base para iniciar un emprendimiento. Gina supo que no debía preparar una torta para perros como se le prepararía a un humano, por lo que buscó ayuda y la aprobación de un profesional en la materia.

Pero nada es fácil. Nada cayó del cielo para la hoy experta en pastelería de mascotas. Ella nos confiesa que al comienzo no gozó del apoyo de su familia. “Pero poco a poco fueron aceptando mi idea conforme vieron la cantidad de pedidos que solicitaban”, indica.

La idea creció. Hoy Gina trabaja con un veterinario profesional de su absoluta confianza, está inmersa en el desarrollo nuevas propuestas culinarias para las mascotas y anhela encontrar un lugar más amplio para desarrollar sus actividades, que incluya un local de recepciones para fiestas mascoteras, todo mientras continúa con su carrera de arte y administración en la universidad.

“Una vez me pidieron una fiesta con temática de dinero. Para ser más específica, de Dollar y Libra Esterlina (así se llaman los perritos). Fue muy divertido”, recuerda Gina, a modo de anécdota.

Gina Manchego nos da una lección importante de solidaridad, amor por los animales y éxito empresarial. Su labor de rescate de perritos abandonados no ha cesado. Ella nunca les dará la espalda y nosotros se lo agradecemos. Este mundo necesita de más personas con el corazón y el entusiasmo de Gina.

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